¿Por qué la mediación?
En el mundo de hoy, a menudo nos acompaña la incomprensión de los demás. La búsqueda de los propios intereses y el deseo de satisfacer las propias necesidades suelen causar estrés y provocar numerosas tensiones que se extienden a las relaciones personales, familiares y profesionales. Nos hacemos daño mutuamente hasta que finalmente nuestra relación o noviazgo se desmorona. En esta situación, no somos capaces de rescatar la relación, porque nuestra comunicación es agresiva. Destrozamos relaciones, equipos y familias por mantenernos firmes en nuestros convencimientos o creencias. ¿Y después? Acudimos directamente a los tribunales porque creemos que este órgano nos llevará a la solución más justa e igual para todos. Sin embargo, ¿acaso es realmente así? Con plena confianza en el poder judicial, litigamos, luchamos, buscamos argumentos que apoyen nuestra posición. En el proceso, perdemos muchos recursos financieros que habíamos acumulado, y energía vital. Como resultado, a menudo salimos con algo distinto de lo que esperábamos. En el transcurso de un enfrentamiento, incluso el ganador puede sufrir graves pérdidas.
Esto no tiene por qué ser así.
Como mediador, sé que es posible eludir esta larga y costosa vía judicial buscando el propio objetivo y aliviar el dolor que padecemos. Sé que es posible resolver diversas situaciones familiares, laborales y empresariales sin necesidad de pelearse. Trato de acompañar a las personas en conflicto para que vean sus propias necesidades y expectativas, y les ayudo a que alcancen su objetivo por una vía pacífica.
¡Gracias a conversaciones conmigo, podrá poner remedio a su situación y ahorrarse emociones innecesarias, tiempo y dinero!
MEDIADOR AMISTOSO
reparo relaciones de modo profesional
¿Cómo es el proceso?
El primer paso consiste en ocuparse de las emociones agitadas o las relaciones dañadas. Por eso, antes de la mediación propiamente dicha, hablamos de todo lo que nos duele y de lo que queremos cambiar. Ofrezco reuniones individuales a las partes en litigio que ayudan a resolver eficazmente situaciones familiares, vecinales, laborales o empresariales. Durante estas reuniones, averiguo exactamente qué quiere conseguir cada uno de los participantes. Juntos establecemos las necesidades y expectativas de cada parte. A continuación, invito a las partes a una sesión conjunta. En estas reuniones procuro que haya un ambiente en el que los participantes se sientan seguros seguridad, nos reunimos en una sala de mediación discreta. Aquí, los participantes en conflicto pueden hablar entre ellos, buscar posibles soluciones e intercambiar puntos de vista sobre su propia situación. Esto nos permite determinar si existen puntos en común. Si es así, seguimos adelante y buscamos soluciones.
Las sesiones conjuntas pueden intercalarse con sesiones individuales, de modo que los participantes tengan plena libertad para intercambiar sus propios pensamientos e ideas con el mediador antes de encontrarse con la otra parte. Cuando las partes están muy dolidas y no quieren reunirse en una mesa común, ofrezco mediación indirecta, en la que, a lo largo del proceso de mediación, me reúno con cada parte por separado. También facilito la mediación electrónica, que es la realización de los procedimientos de mediación completamente online. Esto funciona especialmente bien en situaciones en las que es imposible que los participantes comparezcan en persona en la sala de mediación. En el caso de las entidades empresariales, esta mediación garantiza un ahorro de tiempo, mayor eficacia y rapidez en todo el procedimiento.